Si ya has terminado tus vacaciones o estás a punto de hacerlo para nada hay que bajar la guardia con el cuidado de nuestra piel,  os vamos a indicar unos pequeños consejos que deberías seguir para mimar y recuperar la piel que hemos castigado tras las exposiciones al sol.

Lo más recomendable va a ser iniciar nuestro tratamiento con una  exfoliación de la piel para mejorar la fineza del poro y el brillo, además de reparar el daño que ha podido ocasionar el sol en la piel, como las manchas, y estimular la producción de colágeno para evitar la formación de arrugas.

Cuando exfoliamos la piel hacemos una limpieza en profundidad, así eliminamos las células muertas mejorando la oxigenación, lo que mejora la formación de nuevas células, la formación de colágeno y la captación de agua externa con lo que se consigue una mayor hidratación de la piel, que a su vez se vuelve mucho más receptiva a todos los tratamientos.

Seguiremos pues con la utilización de unas mascarillas que nos van a nutrir y reparar esa piel que hemos castigado con el sol, realizando de esta manera una hidratación en profundidad, mientras estamos todavía algo morenos lo ideal es hidratar y nutrir para mantener la piel bronceada más tiempo.

Aunque este tipo de tratamientos también los puedes realizar en casa sin duda si cuentas con el asesoramiento de un Centro de Estética es quizás lo más remendable ya que pueden hacernos este tratamiento más en profundidad. Y utilizar aparatos como la radiofrecuencia o las corrientes galvánicas para mejorar la absorción de los activos. Y, por supuesto, el hecho de que lo haga un profesional es muy efectivo. En los centros estéticos en esta época después del sol, se pueden hacer peelings químicos, con altos contenidos en ácidos o Peelings con aparatología láser, Luz pulsada, Fraxel , CO2…

Así que a partir de septiembre recordad la importancia de trabajar sobre nuestra piel para recuperarla y así  atenuar manchas y arrugas, hidratándola, nutriéndola y protegiéndola con productos ricos en vitaminas. Entre los productos que os recomendamos intentad siempre que contengan estas propiedades:

-Vitaminas A, E o C: actúan como antioxidantes al estimular la funcionalidad de las células y mejorar la calidad de la piel, regenerándola.

-Colágeno y elastina: mejoran la turgencia y la elasticidad de la piel.

-Vaselina y lípidos: protegen a la piel de la evaporación del agua al formar una barrera protectora que evita la pérdida de los factores humectantes naturales.

-Principios activos derivados del Aloe Vera: son descongestivos y disminuyen los signos de la piel enrojecida.

-Caléndula y mentol: aportan una sensación de frescura.

Y como el sol ya sabemos que siempre está os recordamos que durante todo el año, es recomendable diariamente usar cremas hidratantes  que contengan filtros solares para las zonas fotoexpuestas, como la piel del rostro.